17/11/06

Carlos y Silvia ( Parte I )

Esa noche, el calor era terriblemente insoportable, no había forma de escapar de esa irritante sensación de pesadez. A causa del calor, Carlos no podía conciliar el sueño y una y otra vez se levantaba de la cama, tratando de no hacer ruido para no despertar a Silvia, con el objetivo de encontrar en el agua un poco de alivio. Ya era tal la costumbre de levantarse por agua, que con el tenue reflejo de la luz de la luna que se colaba por la ventana, podía realizar el recorrido sin tropezarse con nada, era, su suave deslizar, una seguidilla de actos reflejos; se levantaba suavemente, como en cámara lenta, y sin calzarse daba unos cinco pasos muy despacio con sus manos guiándolo hasta llegar a alcanzar con ellas el ropero, giraba hacia la derecha, hasta ver la misma claridad que iluminaba su habitación posada sobre el pasillo gracias a un ventiluz. Al llegar a este, ya no eran tantos los cuidados por no hacer ruido. La garganta seca, agradeció ese vaso largo de agua fría que de un solo trago fue vaciado.Siempre caminaba Carlos de noche en busca de alivio, pero esa noche al encontrarse en el camino hacia su habitación, sintió esa incomoda sensación de que detrás de el, había unos ojos fijos en su figura, ojos que taladraban la sombra de la noche solo para vigilarlo. Siguió camino como si nada. Cada paso agrandaba la duda, y el calor que aumentaba casi sin cesar ayudaba muy poco para que Carlos se sintiese aliviado. Al llegar a la puerta de su habitación, apoyando la mano en el marco de la puerta, dudando un poco por miedo a que esa terrible sensación se convirtiera realidad, dio media vuelta. Que terrible fue su sorpresa al ver, que una sombra lo vigilaba desde el ventiluz. Entro rápido a su pieza y cerro la puerta casi instantáneamente, estaba pálido del miedo.El ruido de la puerta y la respiración agitada de un hombre que acaba de experimentar el horror en persona despertaron a Silvia._ ¿Que paso mi amor, por que estas tan agitado?_ Dijo Silvia prendiendo el velador, para ver el rostro blanco de Carlos bajo la tenue luz._ Ya llegaron… lo inevitable siempre termina sucediendo, viste yo te dije que nunca se puede estar del todo seguro_._ ¿Qué te hace pensar eso?_._ Los vi, no me trates de loco perseguido como siempre, cambia esa cara que esto es serio_. La mirada de Carlos, trastornado por la preocupación, recorría la pieza en busca del arma, seguida, segundos mas tarde, como si el cuerpo se encontrara frente a problemas para responder, por su suave caminar.Tomo el arma de la mesa junto al ropero y haciéndole una seña a Silvia para que apagara la luz se apoyo en la ventana a la espera del golpe.Siempre tenia ataques como este, siempre sin fundamentos, sin motivos para alarmar a Silvia, pero esta vez era distinto, se podía sentir en el aire. Aquel pequeño hotel de ruta estaba silencioso y desierto, demasiado como para estar tranquilos.Silvia tomo un revolver de debajo de la cama y, yendo contra las reglas que estas situaciones exigen seguir, abrió la puerta para comprobar.Alcanzo Carlos a decir un no que se le perdió en la garganta antes de salir por su boca pero que Silvia pudo escuchar, pero era demasiado tarde.Un golpe en la puerta la hizo abrirse de par en par y las balas llovieron sobre la habitación. Todo crimen tiene su precio.

3 comentarios:

jorge angel dijo...

hace varios años se publicó un muy buen libro acá en Santa Cruz, se llamó "Taller del Cuento Nuevo", fue una recopilación de escritores nóveles (en ese tiempo) de gran nivel, tu estilo me recuerda ese libro.

abrazos

Administrador dijo...

se viene bueno este cuento... esperamos la 2da parte.

shaolin

Matías dijo...

gracias jorge, no te preocupes hugo que la segunda ya esta escrita, estoy por la terecera...