19/7/10



Un pincel que se mueve
le da forma a tu mano en el aire

6/7/10

Por el amor perdido

Volviendo del monte, con su hacha al hombro, Julio vió que un hombre lloraba desconsoladamente junto al camino. Al acercarse pudo notar que era su vecino Marco el que lloraba.
_¿Qué sucede Marco?_ pregunto Julio con un nudo en la garganta. Nunca había visto a un hombre en tales condiciones. Verdaderamente su vecino estaba en el centro mismo de la tristeza.
_Lloro sobre la tumba de mi mujer_ respondió Marco señalando la tierra vacía, junto a un sauce a menos de un paso de distancia. Su mano temblaba en el aire, como si en cualquier momento el colapso fuera inminente.
De alguna forma toda la imagen, el hombre, el arbol, la tumba, el cielo nublado, absolutamente todo, parecia carente de tiempo, como si el hecho mismo fuera en el pasado, en el presente y en el futuro, una unica e inevitable cosa, un dolor atemporal.
Marco volvio los azules ojos llenos de lagrimas a Julio. Su alma estaba desecha, su alma ya no era suya, ya no estaba en el.
"¿La pérdida del amor es acaso la pérdida de la vida misma?" pensaba Julio mirando a su vecino arrodillado en el suelo.
Julio dirigió su vista hacia donde el hombre decia que se hallaba el difunto cuerpo de su mujer. Su mirada se perdio en el lugar vacio, como atravezando la tierra misma. Julio puso su hacha en el suelo y, con la mirada aun perdida, dijo:
_No sabia que usted tenia mujer Marco._
_Y no la tengo aun, pero la tendre, y si muere antes que yo, aqui la enterrare._