"Voló, voló y voló.
Voló tres veces en mi pecho sin aterrizar entre sus viajes"
del primo Franco, Mejor que un pájaro
(http://buzomelomano.blogspot.com/2009/06/mejor-que-un-pajaro.html)
Ella no entendía. Miró el frasco vacío nuevamente.
_Dejame ver si entendí bien_ dijo_ ¿vos queres un suspiro mio?_
_Si si, entendiste a la perfección_ respondió el sin poder disimular su entusiasmo.
Ella agacho un poco la cabeza en dirección al frasco, y como si todo el mundo hubiese dejado de estar sobre sus hombros dejo escapar un suspiro largo y profundo. Acto seguido, él tapo rápidamente el frasco y lo miró sonriendo como quien descubriese una fórmula quizás mágica, quizás antigua, para hacer algo increíblemente indescifrable.
_¿Me vas a decir de que se trata?_ pregunto ella.
_Seguime_ alcanzó a decir él mientras salia disparado hacia una de las habitaciones de la casa a la cual hacia tiempo solo el entraba, como si estuviese el territorio del hogar divido en zonas neutrales y otras no tan neutrales. Ella se detuvo en el umbral de la puerta, vacilo, entró.
En el medio de la habitación, había un objeto grande tapado con una sabana vieja y gris. Todo estaba sucio y desordenado.
_Me dijiste que limpiabas acá_ reprocho ella.
_Eso ya no importa_ dijo él mientras tomaba de un estante tres pedazos de arco iris (de la zona que es de color naranja), destapaba el artefacto y los metía en una especie de embudo que estaba en la cima del mismo. Luego tomó del mismo estante una pluma, le quito la tierra con suavidad y también la coloco por la cavidad por donde antes habían entrado a la maquina los fragmentos de arco iris. Con cuidado abrió el frasco, que a simple vista parecía vació. Vertió su contenido repitiendo el procedimiento anteriormente realizado. Todo esto frente a la vista de ella, que entre atónita y confundida sonreía. Ya se ha vuelto loco del todo. Pensaba para sus adentros.
El tomo un cable azul y conecto sus extremos, uno a la maquina, el otro a la red de electricidad. Encendió la maquina....
Un ruido extraño salio luego de una vibración que ambos recibieron con un salto. El no podía esperar a que el proceso terminara y del entusiasmo se frotaba ansiosamente las manos mientras sonreía. Ella miraba todo el acto ya casi aburrida del todo, no esperaba que sucediera nada en especial.
La maquina se detuvo de golpe, y por la abertura que estaba en la cima salio un pájaro color naranja. Sus plumas brillaron, la habitación se ilumino increíblemente. Ambos se miraron, ambos sonrieron. Miraron luego al plumífero brillante. Este canto y el mundo nunca volvió a ser el mismo.