8/8/08

Encuentro uterino

Al adecuarse los ojos a la oscuridad del lugar, pudieron distinguir de entre las sombras dos manos. Buscaron los ojos las manos, las manos los ojos, y en la union se encontró una cara detrás de los ojos con las que ahora sabia sus manos. Despacio, como con temor a lo desconocido, y con la atención con la que se leeria un diccionario, desde los ojos bajaron las manos hasta una nariz, unos labios que no hablaban aún, un mentón, y ahora, desde el comienzo nuevamente, se reconocia una y otra vez, como sin creerlo.
Cual un explorador, recorrió toda la cabeza extasiado, delirante. Desde el escaso cabello al norte, hasta el final del mentón al sur. Poco a poco él iba delimitandose, encontrandose, descubriendose, abriendose paso desde la desconocida sombra a través de la tambien desconocida piel de su rostro.

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